Perdón si salpico a algún querido(a)
lector. Constantemente en comunicación
con amigos que viven en Europa, Canadá o Estados Unidos, platicamos de
problemas globales, y sus posibles futuros. Uno de los más importantes es el
asunto del calentamiento global, otro el de la mala distribución de la riqueza,
el escaso crecimiento económico, la próxima terminación del abasto de
combustibles fósiles, etc. Sin embargo,
cuando platico con amigos en la región centro de Veracruz sobre los mismos
asuntos, parece que a nadie le importan, a nadie le preocupan, y lo que es
peor, a nadie le interesan.
Este artículo se escribe el día del medio
ambiente. En Veracruz no hemos logrado ni siquiera limpiar nuestros cuerpos de
agua. No tenemos habilidad para
reciclar, no sabemos qué hacer con la basura, tenemos zonas que no disponen de
agua durante todo el año, tenemos un honroso lugar entre los primeros estados
dedicados a la deforestación. De ahí,
el título de esta colaboración.
Tal parece que vivimos en una aldea,
alejados de los grandes problemas y las grandes tendencias mundiales.
Depredamos nuestro entorno a un nivel sin precedente en la historia de la
humanidad, y todo apunta a que en el futuro, cuando se mire esta época, seremos
considerados salvajes sin conciencia de nuestros actos ni de sus consecuencias.
Le pongo un ejemplo: En Australia están
muy preocupados por las consecuencias del calentamiento global, allá han medido
hasta las afectaciones económicas que sufrirán por cada medio grado que aumente
la temperatura. Los efectos en sus
ciudades, y los posibles paliativos. Australia es un país líder en el
aprovechamiento de energías renovables, ya que las distancias entre una y otra
granja y rancho son tan grandes, que tuvieron que volverse capaces y
eficientes, para gozar de las comodidades del siglo XXI y al mismo tiempo,
estar tan aislados los unos de los otros.
Están analizando como reducir la
temperatura en las grandes aglomeraciones humanas, las grandes ciudades, ya que
allá también tienen ciudades enormes. Y una propuesta inteligente ha sido la de
pigmentar los recubrimientos de calles y caminos de tal manera que adquieran un
color muy claro. Esto generaría una
reducción en el calor dentro de las ciudades del orden de siete grados centígrados. La idea es que los caminos, calles y avenidas
absorben calor durante el día y lo expelen lentamente durante la noche.
Reduciendo su tasa de absorción, reducimos la temperatura de su entorno. Sus análisis han demostrado que si blanquean
los techos de sus casas, reducirán su temperatura en dos grados
adicionales. Lo cual ya extendido a la
totalidad del país implicaría una reducción global de dos grados centígrados en
la temperatura promedio australiana… Quizá muy poco para muchos, pero un
aumento de dos grados en la temperatura promedio de la tierra, generará
catástrofes nunca antes vistas por el hombre.
Así que dos grados son mucho considerando la temperatura global, y los
australianos están haciendo su parte.
Mientras tanto, las naciones poco
civilizadas como la nuestra, ni siquiera se preocupan por educar a su población
para enfrentar los retos del mañana.
Siempre nos alcanza el futuro sin estar preparados para enfrentarlo,
como ha sucedido con el tratado de libre comercio y con tantas y tantas cosas
más.
México se encuentra comprometido ante las
naciones civilizadas a reducir el consumo de energía generada mediante
combustibles fósiles. Todos sabemos que
el petróleo se va a acabar, y en México más pronto de lo que esperamos. México
ofreció al mundo que para el año 2024 una tercera parte, el 35% de su energía
consumida provendrá de fuentes renovables.
En los próximos días, entre partidos de México en el mundial, se van a
discutir en el congreso de la Unión, las leyes secundarias de la reforma
energética. Las leyes primarias no le
dedican la menor atención a las energías renovables. Tenemos la esperanza de
que se lo dediquen mediante las leyes secundarias.
Yo sé y me consta, que es rentable
económicamente generar electricidad mediante paneles fotovoltaicos (solares),
sin embargo, podría ser mucho más fácil y barato, si hubiera mayores apoyos,
subsidios, créditos blandos y de fácil acceso, reducción de aranceles,
facilidades a la fabricación e importación de insumos, deducción inmediata no
sólo cuando se realiza la inversión en el negocio, sino también en la casa
habitación, etc. Hay cientos de medidas
gubernamentales para estimular esta industria, y sin embargo, muy poco se hace
para promoverla. Esto a pesar de que todos los análisis indican que la curva de
crecimiento de demanda de energía eléctrica es mucho más pronunciada que la
curva de crecimiento de generación. Es
decir, México va rumbo a no poder satisfacer sus necesidades de energía eléctrica
y por ello, cuando menos a nivel municipal se estimula el cambio de luminarias
por leds, que son muchísimo más ahorradoras.
Estimado lector(a), te invito a ser
ciudadano del mundo. Te invito a ser activista. Te invito a escribirle a tu
diputado federal uninominal y plurinominal, a tu senador uninominal y
plurinominal, para que incluyan estos temas, tan urgentes e importantes para el
país en las leyes secundarias de la reforma energética. Por internet es muy fácil. Entras al senado o
a la cámara de diputados, y allí encuentras sus correos electrónicos. México, el planeta tierra, y tus hijos te lo
van a agradecer.
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