En estos días en que todo es futbol y el
futuro de la patria importa menos que un comino, las musas inspiradoras me
exigen comentar lo que está sucediendo en este panbolero país, a pesar de saber
que nadie leerá el presente opúsculo ante la fiebre generada por el triunfo
ante Camerún.
Es un mensaje imaginario, proveniente de
un país imaginario con un gobierno imaginario, y cualquier coincidencia con la
realidad será porque así se buscó que fuera.
Lo dice cualquier funcionario de alto rango, desde el más alto, hasta
los niveles de director… (los demás son gatos de angora, y no declaran ni
opinan).
¨Estimados conciudadanos: En el gobierno
estamos de plácemes. La reforma fiscal ha generado mayor recaudación de
impuestos, para nuestro uso particular y personal. Gracias a la costumbre de
pocas obras, podemos seguir con ese ritmo y utilizar el resto de los recursos
obtenidos para nuestro beneficio personal, que es equivalente a beneficiar a la
República. No importa que la reforma
fiscal haya complicado la vida de todos los mexicanos productivos. No importa
que ahora sea mucho más complicado pagar impuestos. No importa que sean ustedes los que pierdan
millones y millones de horas hombre en trabajo improductivo, enviando la
información que sería nuestra obligación generar. Lo importante es presumir que
tanto el SAT como la Secretaría de Hacienda ahora son más productivas, porque
hacen más con menos.
Sepan ustedes súbditos (perdón quise decir
ciudadanos aunque ni ustedes se lo crean), que con la ley anti lavado de dinero
no vamos a vigilar a los grandes capitales.
Esos son nuestros socios.
Vigilaremos a los pequeños, a esa gran mayoría de mexicanos que apenas
subsiste con sus ingresos y a la clase media, media baja, media media, y media
alta, con el fin de que paguen hasta el último centavo de sus impuestos,
derechos y aprovechamientos. No permitiremos el mínimo desvío de sus pagos de
impuestos. Además los vigilaremos por
diez años. Para que nadie quiera ser subversivo, siempre tendrán la espada de
Damocles sobre sus cabezas, en la forma de posible sanción por evasión fiscal o
lavado de dinero. Diez Años.
Por otra parte, les ofrecemos que los
funcionarios públicos que cometan algún delito, podrán ser sancionados hasta la
prescripción del mismo, que en la mayoría de los delitos será de tres años. Así
nos aseguramos que TODOS, sin excepción, TODOS los funcionarios públicos que
desvíen recursos públicos, cometan peculado, o falten a alguna ley, queden
exonerados, antes de que los órganos encargados de vigilarlos tengan tiempo de
cumplir con la ley.
Ustedes, como buenos súbditos deben
entender que son felices por vivir en democracia, aunque jamás elijan a sus
gobernantes. Nosotros decidimos quien será el próximo propietario de los
recursos de un municipio, un estado o la federación, para que esos reyezuelos,
virreyes y condes, usen a su libre voluntad los recursos que les hemos hecho
creer, son de todos ustedes, y que los administramos para su beneficio.
No habrá negocio con la federación, el
estado o el municipio, en el cual participe quien el dueño no autorice. En
todos los negocios, habrá participación para el respectivo dueño, y como el
dinero no alcanza, entiendan ustedes súbditos, que seguiremos exprimiéndolos
hasta la última gota de su sangre. No
nos interesa su bienestar, no nos interesa la mejoría de su calidad de vida, no
nos interesa el desarrollo económico, no importa si con nuestras decisiones
mandamos a la calle a medio millón de
mexicanos, a sumarse a los que ya están en la economía informal. Eso no importa, lo único importante es que
ustedes sigan aportando dinero, hasta que no tengan más. Que para eso son
nuestros súbditos y les hemos hecho el favor de hacerles creer que son
ciudadanos.
Mientras tanto, sigan disfrutando del fut
bol, que mucho nos ha costado distraerlos con la llegada de la selección de
nuestro país a la justa máxima.
Recuerden que no deben involucrarse en los asuntos públicos. Eso queda
para la élite. Ustedes como pueblo, coman, beban, vean la televisión, y olviden
que cada día abusamos más y más de ustedes.
Hasta que revienten, y cuando revienten, se matarán entre ustedes,
porque nosotros y nuestras familias estaremos muy tranquilos y felices viviendo
en el extranjero.
Cordialmente: Sus Emperadores, reyes,
virreyes, condes y resto de la nobleza mexicana, mejor conocida como altos
funcionarios públicos, altos empresarios, altos religiosos, y altos militares.¨
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